Por Patricia Villegas, Presidenta de Telesur
Hoy nos encontramos aquí en la heroica ciudad de Caracas, capital de Venezuela, en el Seminario Internacional “Desarrollando el Presente” Balances, desafíos y propuestas para construir una arquitectura financiera para la integración y desarrollo de América Latina y el Caribe, en su segunda edición.
Quiero saludar al Directorio Ejecutivo del Banco del Alba, al Consejo Ministerial del Banco del Alba, a embajadores y embajadoras, a quienes veo aquí, representantes diplomáticos, compañeros de la Cancillería de Venezuela, a los amigos periodistas, camarógrafos, fotógramos.
Voy a comenzar presentándome, yo soy Patricia Villegas Marín, trabajadora fundadora de Telesur, que tiene su sede principal aquí en la ciudad de Caracas, y desde hace un tiempito soy también la presidenta de esta institución. Y lucho cada día por un oficio que considero en vías de extinción, que es el periodismo.
Voy a comenzar este evento, antes de presentar a quienes van a hablar con ustedes acerca de estos desafíos en torno a la construcción de una nueva arquitectura financiera, a traer a nuestra memoria aquí, en nuestro pequeño espacio, algunas de las fotografías, de las instantáneas que están teniendo lugar en este momento en América Latina, pero que por supuesto tiene que ver con la historia de nuestra región, de nuestro continente.
En el año 1973 se enmarcó a esta región, el Golpe de Estado contra el Gobierno Popular de Salvador Allende fue la apertura definitiva y el escenario elegido para implementar el modelo económico y social neoliberal. Y así fue que a sangre, fuego, torturas y desapariciones forzadas, el neoliberalismo se abrió camino por nuestra región.
La derecha articulada de nuestro continente logró a través de la denominada “Operación Cóndor” imponer un esquema de dominación y control de los pueblos. Uno de sus principales propósitos era minar su capacidad organizativa y unificadora, así fue entendida por la derecha regional y las campañas de persecución y asedio tomo dimensiones internacionales.
Desde hace algunos años y más recientemente se han conocido a través de trabajos de investigación, periodísticos y documentos desclasificados que detallan como esta estrategia de la Operación Cóndor fueron asimiladas por distintos gobiernos europeos.
Desde el año 2016, el presidente Nicolás Maduro ya alertaba que en América Latina y el Caribe se ejecutaba un nuevo Plan Cóndor que buscaba atentar contra los gobiernos y movimientos progresistas de nuestra región. De acuerdo con el presidente Maduro los reiterados ataques contra Venezuela de agresión mediática, política, económica, financiera y diplomática se extienden por toda la región y no se circunscriben a este país.
Es una estrategia que se extiende por todo el continente contra la lucha popular en defensa de la soberanía, la autodeterminación y más allá por el derecho a una vida digna. El bloqueo financiero y comercial estadounidense contra Cuba y Venezuela deja graves consecuencias sobre la vida diaria de los pueblos que pese a todo se mantienen firmes ante el asedio irrestricto de Washington.
Próximamente, los días 06 y 07 de noviembre, Cuba presentará ante la Asamblea General de la ONU, como cada año desde 1992, querido Embajador, la resolución “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos”.
Entre otros datos, en este informe se detalla que sólo entre abril 2018 a marzo 2019 el bloqueo ha causado pérdidas a Cuba en el orden de los 4.343 millones de dólares. Debemos considerar que esta cifra, este número, no contempla los daños ocasionados por el más reciente recrudecimiento del bloqueo por parte de la administración de Donald Trump.
Pero veamos más, conforme al documento al cual hacemos referencia en el ámbito de la salud, entre abril 2018 y marzo 2019 en la salud, el daño ascendió a más de 104 millones, en ese mismo período el turismo se vio afectado en más de 1.300 millones, mientras que en el comercio exterior las pérdidas superan los 2.896 millones de dólares en alimentación y agricultura se registraron pérdidas más de 412 millones de dólares.
Las cifras en materia económica son sólo una de las aristas del asedio estadounidense contra la Revolución Cubana. Medidas que sin embargo no han contenido los principios emanados del internacionalismo, la solidaridad entre los pueblos y la voluntad incólume en la defensa de la soberanía.
Estados Unidos ha implementado la estrategia del estrangulamiento económico, esperando durante seis décadas doblegar a un pueblo que se ha mostrado firme ante las adversidades de un mundo globalizado y dominado por el sistema capitalista.
Venezuela es otro inmejorable ejemplo. Las medidas unilaterales coercitivas de las administraciones estadounidenses, y de manera particular la de Donald Trump, han buscado cercenar las bases populares que dan fuerza y vigencia al proceso de la Revolución Bolivariana y a su unión cívico- militar.
Hay cifras impactantes de ese daño, incluso reconocidas por el propio Departamento de Estado, que en mayo de este año en su portal web publicó un informe en el que detalla las medidas aplicadas contra Venezuela desde el año 2017: sanciones unilaterales contra individuos, entidades diversas, impedimento de transacciones con Venezuela por parte de personas estadounidenses en monedas digitales, entre ellas el Petro. El bloqueo se dirige fundamentalmente a la adquisición de medicamentos y de alimentos. Hasta agosto de este año, más de 3.200 millones de los activos de Venezuela en el extranjero están congelados. El caso más emblemático de la reiterada violación de las leyes internacionales fue la expropiación ilegal de la filial de Pdvsa Citgo.
Telesur ha tenido en sus pantallas las historias de niños, niñas y adolescentes y sus familiares que se han vistos obligados a suspender operaciones por distintas enfermedades de alto impacto como consecuencia del bloqueo económico y financiero de los Estados Unidos contra la República Bolivariana.
El bloqueo para la adquisición de bienes esenciales como medicamentos y alimentos, el reconocimiento abierto de distintos personajes políticos estadounidenses de crear desesperación y sufrimiento al pueblo venezolano, la propia historia del ejercicio del poder económico y militar del imperialismo estadounidense deja vacío el supuesto discurso “humanitario” que quisieron imponer y al cual se sumaron gobiernos como los países del denominado Grupo de Lima, hoy severamente cuestionados por los pueblos.
Los ataques financieros, políticos y diplomáticos contra Venezuela no son nuevos, no es un hecho aislado es un mecanismo empleado desde el triunfo del Comandante Hugo Chávez, décadas atrás en Telesur trabajamos en dos líneas transversales: el capitalismo muere matando y nuestro papel, como ayer y hoy, es visibilizar las voces que el sistema de poder hegemónico no ha podido silenciar. Los defensores del neoliberalismo, aliados de las transnacionales de la comunicación logran construir y reordenar discursos para presentar como nuevo un modelo que, en lo concreto, es sinónimo de decadencia.
El modelo chileno –como algunos han denominado a la imposición, a través de los mecanismos más sangrientos, de las políticas neoliberales– hoy se está cayendo a pedazos. Está siendo trasmitido. El pueblo chileno se ha levantado, sobre todos los daños causados por el supuesto modelo de la prosperidad. Un levantamiento popular que atrás dejó la exigencia de no subir el costo del servicio del metro para abrir el debate hacia la construcción y consolidación de una Asamblea Nacional Constituyente. La respuesta gubernamental: detenciones arbitrarias, cientos de personas con pérdidas de ojos a consecuencia de disparos, bombas lacrimógenas directamente al rostro, lo que detalla una acción sistemática. ¿Y cuál ha sido el papel de los medios chilenos? Un silencio profundo ante las denuncias de tortura, detenciones arbitrarias, violaciones sexuales, fallecimiento de manifestantes.
Telesur obligado por sus principios y por el insistente trabajo que privilegia al periodismo sobre cualquier interés, estuvo y está ahí, dando espacio a la denuncia y a las exigencias de este pueblo. Poniendo en sus pantallas todos los elementos informativos y el contexto necesario para entender las complejidades de un largo proceso de descomposición de un modelo que nunca fue. Ahora mismo, las organizaciones sociales han tenido que trabajar por su propia cuenta para contabilizar heridos, detenidos, fallecidos, víctimas directas de la represión, ante la ausencia de instituciones gubernamentales que quieran sistematizar las afectaciones directas de una política represiva surgida y profundizada en el año 1973 y de su posterior consolidación, a través de una Constitución aún hoy vigente.
También hemos sido testigos del levantamiento indígena y popular en el Ecuador, mientras algunos medios presentaban dibujos animados, nuestras pantallas y redes sociales daban cuenta de lo que nuestros equipos ponían en evidencia. En Ecuador se da paso a un levantamiento que respondía a un rechazo mayoritario de la población a los acuerdos del gobierno nacional con el Fondo Monetario Internacional.
En medio del retorno de gobiernos defensores de las viejas políticas neoliberales, se abren nuevos caminos desde el ámbito electoral y nuevamente se demuestra que los pueblos somos activos actores del acontecer y de la transformación histórica. Bajo mecanismos diversos se pone en evidencia que el modelo neoliberal no es tal, desde el ámbito electoral, Argentina y México son buenos ejemplos de la ruptura de la política tradicional. Sin embargo, los retos son amplios, pues construyen nuevos mecanismos de políticas nacionales, sustentados sobre los fatídicos resultados sociales y económicos de las políticas neoliberales implementadas por los gobiernos de Macri y los gobiernos del PAN y del PRI en el caso de México.
En Brasil la situación no es menos grave, el pasado 23 de octubre se aprobó la reforma provisional, la cual se suma la aprobada reforma laboral impulsada por Michel Temer. Las medidas forman parte del desmantelamiento de las políticas sociales aplicadas por el gobierno del PT. La única medida que encontraron para contener un nuevo triunfo electoral fue la detención, sin pruebas, del expresidente Lula Da Silva. Y hoy, en uno de los países más importantes de nuestra región, gobierna un presidente que es llamado a declarar sobre el asesinato de la concejala y luchadora social Marielle Franco.
Este 5 de noviembre, conmemoramos 14 años de la Cumbre de los Pueblos, realizada en Mar de Plata, Argentina. Esa cumbre se ha convertido en un momento cúspide de la lucha de los pueblos contra el neoliberalismo, esa cumbre de la mano del Comandante Chávez, de Lula, de Néstor Kirchner fue la tumba del Alca pero se siguen abriendo brechas y van surgiendo nuevos retos.
En Colombia, por ejemplo, se vive un problema estructural que se encuentra estrechamente relacionado con la violencia política. Actualmente, ya se registran más de 200 líderes y lideresas sociales asesinadas desde la firma de los Acuerdos de Paz entre el gobierno y la Farc-EP, los asesinatos no sólo buscan contener la organización social y popular, sino mantener el control de los recursos y ofrecerlos a las grandes empresas trasnacionales.
Estas son las escenas que se viven en el continente, mientras nosotros estamos reunidos aquí, con los enormes desafíos.
Abrimos este espacio para escucharlos, para inspirarnos en sus palabras, para seguir construyendo otras formas de relacionarnos en lo económico y en lo simbólico. Tienen ustedes, queridos compañeros de este panel, la enorme tarea de traducir lo que la calle está gritando.